LA SOLEDAD DEL ARQUERO
Mensaje de un arquero a sus compañero de equipo:
![]() |
(Foto: tomada de Internet) |
Muchachos, estimados compañeros de equipo: a raíz del reciente partido jugado el domingo 3 de marzo de 2024, tuve un proceso de reflexión existencial deportiva. Lo comparto con ustedes porque somos parte del equipo, unidos por un objetivo común.
Primero, debo presentar mis disculpas por los errores involuntarios que cometí en el partido de aquel día y que significaron algunos goles en contra.
Fue mi primera vez como arquero en un campo de fútbol y en un torneo. El arco lo vi inmenso. Al momento de ingresar al campo, probé mi altura y con esfuerzo tocaba al travesaño saltando. Deben saber que siempre he sido volante, marcador y, en mi mejor época, puntero, goleador. Casi siempre hice goles y asistí para que otros lo hagan.
Confieso mi incurable adicción al fútbol. Tras superar mi tema de salud (dic, 2018) y por querer ganarle el partido a la futura senectud, volví al ruedo, pero como arquero en las pichangas semanales. a pesar de la comprensible oposición familiar. Porque tengo la necesidad de sentirme feliz, transpirando futbol, cada fin de semana.
La soledad del arquero
En este último encuentro de la fecha citada, sentí la soledad del arquero. Mientras que todos tenían a alguien cerca en el campo de juego (compañero o rival), yo estuve solo y con la gran responsabilidad de no cometer ningún error, de no cagarla.
Pero, una vez más, como me pasa en los últimos años, me di cuenta de que los reflejos, la fuerza y velocidad en las piernas y brazos, así como la rapidez de movimientos ya no son lo mismo en mi cuerpo. Mi mente llega más rápido a las jugadas, pero mi cuerpo no tiene esa misma velocidad.
Quizá pude haber hecho un poquito más en alguna jugada para evitar un gol en ese partido jugado. Y eso me jode, porque con un gol en contra la moral del equipo se resquebraja. y pero si son más de tres goles.
La otra opciónHay otra forma de afrontar esta incomoda situación: dejarlo todo. Pero esa no es una opción mía. En mi pecho hay una pelota que late y eso me da vida. No sé si volveré a tapar en el torneo. Eso lo dejo a criterio del DT, pues siempre he sido respetuoso de las decisiones de otros. Esos valores se aprenden con el deporte..
A raíz de esta infeliz experiencia, estuve buscando algo sobre la psicología de un arquero y encontré algunas vivencias de guardametas profesionales, que paso a compartirlas:
- Generalmente, se piensa que el arquero es un jugador que no elige ir al arco, sin embargo existen fuertes motivos para suponer lo contrario.
- Ser arquero implica necesariamente una elección personal. Diversas pueden ser las motivaciones que lleven a un jugador de fútbol a elegir ese puesto, pero ninguna de ellas tiene que ver con una simple casualidad, sino más bien con una causalidad del arquero, es decir, hay un motivo por el que está allí.
- Se supone que cualquiera podría cumplir la función de arquero (un jugador de campo en una práctica o cuando expulsan al arquero y no se pueden hacer más cambios).
- Ser arquero implica algo más. Se trata más bien de una identificación de «sentir el puesto», de una visión de juego diferente al resto y, sobre todo, de poseer ciertas aptitudes físicas y psicológicas.
- Uno de los conceptos muy arraigado en la mentalidad del arquero es que tiene un puesto de mucha responsabilidad, con muy poco margen de error. Pero qué puesto en el fútbol carece de responsabilidad.
- La cuestión es: ¿acaso no es normal que les afecten las presiones al arquero? El mandato de perfección es muy fuerte en ellos, puesto que en muchas ocasiones se cargan o los cargan de una exigencia desmedida que no hace más que favorecer las equivocaciones.
- ¿Cómo se hace para manejar las presiones? o ¿Cómo hacer para cometer la menor cantidad de errores posibles? Una respuesta aproximada es el trabajo técnico/táctico. La otra, trabajar sobre sus sensaciones, los conceptos coagulados, sus miedos y sus presiones.
- Algunos arqueros cometen una equivocación y se sobreponen rápido sin quedarse fijados al error, en cambio otros, ya por el hecho de haberse equivocado, se condicionan para todo el partido. Para muchos, esto significa que no podrán seguir atajando. (Yo pienso distinto: los errores se corrigen con trabajo y actitud de deportista).
Comentarios
Publicar un comentario