RESERVA NACIONAL ILLESCAS: FRUTO DEL COMPROMISO CIUDADANO EN LA DEFENSA DEL AMBIENTE
Piura, Perú.- La creación de la Zona Reservada Península de Illescas (ZRPI) en Piura, región norteña del Perú, es la materialización de un anhelo ciudadano, que surgió gracias al amor por la naturaleza de un conjunto de pobladores comprometidos con la conservación del ecosistemas marino-costero que los alberga.
Cuenta Roberto Cañamero, presidente de la Organización Ecológica Playas Peruanas (Ecoplayas), que allá por 1999, viajó junto con su familia a Playa Blanca, en Sechura. Mientras miraba el atardecer al horizonte, el Sol se ocultaba. Esa imagen quedó dibujada en su retina, cual obra de arte: un mar azul, arena blanca, peñas negras con coronas plateadas por el guano de las aves y un hermoso bosque de algarrobos. “Esto debe ser una reserva natural”, pensó.
Luego de esa vivencia, junto con otras personas de convicciones conservacionistas, se iniciaron las coordinaciones. Algunas de las muchas reuniones fueron en una de las típicas caletas piuranas, donde abunda gente solidaria y alegre, amantes del mar; pescadores artesanales y tablistas, teniendo como cortina ambiental el sonido armonioso de las aguas marinas.
Así, en el 2000 se fue gestando la iniciativa. Ecoplayas promovió el Proyecto “Salvando la Costa”, que sería el sustento técnico para proponer la creación urgente de nuevas áreas naturales protegidas (ANP) costeras. En base a ello se elaboró el expediente de la propuesta para crear la ANP Península de Illescas, en Sechura.
Ese grupo técnico realizó una investigación cartográfica y bibliográfica y utilizó la experiencia de Ecoplayas en el conocimiento empírico de la costa peruana. Se eligieron puntos representativos para crear reservas naturales y con cierta lejanía de centros poblados y carreteras principales. La propuesta inicial incluía territorios de Piura, La Libertad y Arequipa.
“Para plasmar el anhelo fue clave el interés de la comunidad campesina San Martín, de Sechura, el apoyo de diferentes instituciones públicas y privadas. Se conformó un equipo técnico y equipo de voluntarios universitarios”, dijo Cañamero.
En 2007, se presentó el expediente de propuesta al INRENA. Sabían que el reto era muy grande y que nada los detendría hasta lograr sus propósitos, para lo cual invirtieron sus propios recursos económicos. Luego, continuaron el proceso ante el Sernanp, del Ministerio del Ambiente (Minam).
Simultáneamente, despertaron el apoyo de la opinión pública respecto a la importancia de conservar un territorio de gran valor ecológico para actividades de ecoturismo y sobre las grandes perspectivas como fuente de desarrollo para la comunidad.
Encuentro con Antonio Brack
En el camino para concretar su anhelo tuvieron contacto con Antonio Brack Egg, el primer ministro del Ambiente, quien les hizo saber la necesidad indispensable de tener un compromiso escrito de los comuneros sechuranos, propietarios ancestrales del territorio, asumiendo la responsabilidad de conservar la futura zona reservada.
Así, en 2010, se promulgó la RM 251-2010-MINAM, que reconoció oficialmente a la Península de Illescas como como Zona Reservada. De esta forma se incrementaron las ANP costeras en 27 % de longitud y 11 % de superficie.
Al año siguiente, a modo de un ritual celebratorio, junto con el ministro Brack Egg, un grupo de pobladores sechuranos partieron en una expedición de cuatro días y tres noches por la Zona Reservada, desde la playa Sin fin, en Chiclayo, hasta la Punta Aguja, donde todos reafirmaron su compromiso de conservar adecuadamente este ecosistema y su biodiversidad.
Avances en la conservación de ecosistemas marino-costeros
El 24 de diciembre de 2021 se promulgó el Decreto Supremo n.° 038-2021-MINAM, que le otorgó la categorización como Reserva Nacional Illescas, cuyo objetivo es conservar una muestra representativa de la ecorregión Desierto de Sechura, contribuyendo a la conservación, el aprovechamiento sostenible de su biodiversidad.
Dicha experiencia fue reconocida oficialmente por el Estado con el Premio Nacional Ambiental Antonio Brack Egg, Edición Bicentenario, en la categoría Perú Natural, en la mención Conservación y recuperación de ecosistemas continentales y marinos, especies y diversidad genética, certamen que realiza cada año el Ministerio del Ambiente. “Es nuestro orgullo y lo atesoramos, porque nuestro único objetivo es y será la conservación de la costa y sus playas”, subrayó.
El establecimiento oficial de este territorio contribuye al incremento de la frontera de áreas peruanas protegidas por el Estado, se protege el territorio, disminuyen las malas prácticas de pesca, se incrementa la actividad hotelera y ecoturística de la zona, además de reivindicar y aumentar la autoestima de los comuneros y pescadores del lugar. Todo ello con la garantía que da la presencia del Estado.
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