EL PENSAMIENTO FUTBOLÍSTICO DEL PAPA FRANCISCO

El Papa Francisco es hincha de San Lorenzo, uno de los equipos más populares del fútbol argentino. Y quizá su corazón late, cual hincha ferviente del “Deporte Rey”, con las jugadas que son expresiones de belleza, destreza técnica y habilidad en este juego colectivo.
¡“Dios mío”! sería su exclamación más común cuando una jugada colectiva culmina en gol de buena factura. Y es que el pensamiento futbolístico del Santo Padre enfatiza en el juego colectivo más que en las individualidades, sabiendo que este y otros deportes son buenos vehículos para el aprendizaje práctico y la transmisión social de valores humanísticos.

Francisco sostiene que el deporte es una oportunidad para aprender a dar lo mejor de uno mismo, “con sacrificio y compromiso, pero sobre todo no solos”, luchando así contra el creciente individualismo debido al mal uso y abuso de las nuevas tecnologías.

Estas declaraciones fueron formuladas en mayo de este año durante el evento “El fútbol que amamos”, realizado en un aula del Vaticano. En ese marco, dijo que lo mejor de jugar con una pelota es poder hacerlo en conjunto, unidos a otros, aprendiendo “a construir acciones de juego, unirse en equipo”.

En esta lógica, el Papa Francisco está convencido de que la pelota, más que un instrumento, de juego es un medio que invita a las personas “a compartir amistades, a encontrarse en un espacio, a mirarse a la cara, a desafiarse para poner a prueba sus habilidades”.

A modo de arenga para todos los seguidores del futbol en el mundo, el Santo Padre ha dicho que este deporte es un juego de equipo. “¡No puedes divertirte solo!”, exclama como un DT cuando está dirigiendo a su equipo en pleno partido a estadio lleno.

Asimismo, destacó el rol de los entrenadores, de quienes dijo que son un modelo de conducta para los niños y atletas en formación. “Todo lo que dicen y hacen y la forma en que lo dicen y lo hacen, se convierte en una enseñanza para sus atletas, es decir, dejará una marca indeleble en su vida, para bien o para mal”, refiere.

Bajo su orientación no solo se trabaja dentro del campo, sino también en el hogar de cada deportista. En ese sentido, el Papa considera que es responsabilidad de los padres transmitir valores a sus hijos, estimulando y reforzando las conductas asociadas al trabajo en equipo para lograr un objetivo común, al respeto de las reglas y al prójimo, y también enseñándoles a levantarse tras una derrota.

Y Francisco no solo tiene una lectura de la cancha, de un solo esquema de juego, sino también diseña estrategias integrales que incluyen también a los suplentes. “El banco no es una humillación, sino una oportunidad de crecer”, reflexiona.

Jugar es ganar, sea cual fuere el resultado. “Jugar te hace feliz porque puedes expresar tu libertad, competir de una manera divertida, vivir un tiempo gratis, simplemente porque te gusta”, señala.
* Colaboración para periódico "Correo Mariano". Nov 2019.

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