FAMILIA DEPORTIVA

El autor de esta crónica no tuvo el privilegio (de muy pocos) de haber jugado un partido de fútbol al lado de su padre, a quien le encantaba ese deporte, pero no lo practicaba. Don Ildefonso Palomino Gutiérrez, natural de Huanta, Ayacucho, era hincha de Alianza Lima, y en la Liga Amateur de Chosica, acérrimo del Independiente, porque ahí jugaban algunos de sus colegas de Empresas Eléctricas Asociadas (luego Electrolima).

La única vez que el suscrito vio jugar futbol a su padre fue en un partido familiar, un domingo, cuando el tío Sabino (primo de doña Godofreda Mallqui, madre del autor de esta nota) trajo su equipo para disputar un encuentro en la cancha frente a la UNE La Cantuta. El tío, sus hijos peloteros y algunos refuerzos vinieron a Chosica desde San Martín de Porres.

Aquella mañana, don Ildefonso armó su cuadro con algunos jales de su barrio, y él... se puso al arco. A pesar de su poca práctica en el manejo del balón fue un convencido de que el deporte es un buen estímulo para la vida porque ayuda a superar obstáculos; y para los niños es una buena estrategia para enseñar y transmitir valores.

Corrían los años 70, y en el barrio El Rímac se había formado el glorioso Club Defensor Rímac (CDR). Fue en esos tiempos cuando don Ildefonso Palomino fue elegido como presidente de aquella institución deportiva, a la cual le puso mucho punche. Con apoyo de toda su familia y de entusiastas vecinos logró conformar un equipo de jerarquía futbolística que le permitió ganarse el respeto de los cuadros rivales. El elenco estaba integrado por jóvenes rimenses y con algunos muy buenos jales, a quienes se les daba para sus pasajes, un almuerzo y las gracias.

La reputación del equipo traspasó los límites distritales. Así fue que el cuadro llegó a disputar choques en otras canchas. Uno de esos partidos fue en Callahuanca (Huarochirí), hasta donde viajaron en un solo ómnibus dirigentes, jugadores, familiares e hinchas. (ver foto inferior) Al final se trajeron el trofeo disputado en un campo a más de 1700 m.s.n.m.

En Callahuanca.  Club Defensor Rímac presidido por Ildefonso Palomino.
Aquí también aparecen Juan y Julio Palomino Mallqui.

Los jugadores solían reunirse en la casa de su presidente en Navidad y Año Nuevo. El respeto mutuo, la solidaridad y la familiaridad eran valores claves en la organización. Después de cada partido, el presidente del club y los vecinos colaboradores más cercanos se turnaban para lavar los uniformes. Se hacían actividades profondos (fiestas, rifas, reinados, etc.) para comprar pelotas, chimpunes, medicamentos para el botiquín, refrigerio y pasajes para los refuerzos.

Cabe resaltar, que muchas veces los  dirigentes sacaban dinero de su propio peculio para solventar los gastos del equipo, pero todo valía la pena, ya que esos sacrificios se recompensaban con triunfos en las canchas. Se sabe de varios dirigentes que pusieron gran parte de sus salarios laborales para apoyar al CDR.

Antes del partido final para ascender a la siguiente categoría de la liga.
Aparecen Juan (botiquín), Julio, David y Edgar Palomino Mallqui.  

Los  pobladores del barrio vieron que el deporte era un instrumento de cohesión social y de formación de valores. Así, el Defensor Rímac llegó a tener sus canteras y sacó sus categorías Juvenil, Infantil y Calichín con las cuales participaban en cuanto torneo se presentaba. De esa forma, quienes destacaban ascendían hasta llegar al primer equipo de la liga. En la cancha del Convento de Don Bosco (antes de Ricardo Palma) habían competencias muy disputadas.

En este equipo Infantil aparece David Palomino.

Las niñas y adolescentes también tuvieron muy buenas campañas en el vóley. Con derroche de calidad vencían a sus rivales y todo el coliseo Túpac Amaru (ahora Estrella) supo reconocer la calidad de sus integrantes. Varias de ellas fueron convocadas a reforzar a otros equipos. Las chicas iban siempre acompañadas de sus padres porque los partidos se jugaban de noche. En la tarea de organización tuvo un rol muy importante la esposa del presidente del CDR; doña Godofreda Mallqui Pajuelo, quien junto con otras mamás se encargaban de la logística y la organización de actividades.

Equipo de vóley del CDR, donde jugaron Lidia Palomino y 
 Carmen Palomino (ella estaba en una categoría menor)