CRÓNICA: ADIOS A LAS AULAS

Corría la segunda quincena de octubre de 1989. Por esas épocas, el recién graduado como educador en la Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán y Valle" - La Cantuta" , llevaba obligatoriamente su título que le otorgó el Estado como licenciado en Educación, pues debía portar el diploma (grande), en original, para hacer los trámites de buscar y encontrar una plaza vacante como docente en cualquier colegio púbico de la jurisdicción de la UGEL 06-Vitarte, ciudad ubicada al este de Lima. Fue así que le asignaron una plaza en el colegio N° 0027, San Antonio de Jicamarca . "Profesor, usted ha sido asignado al colegio número 0027, que queda en Cerro Camote, en el Anexo 8 de Jicamarca. Esta cerca de aquí nomás", le dijo la funcionaria a cargo del área de Personal. Era cerca del mediodía y con el documento de asignación en la mano (y con el cartón del título en el otro brazo) se dirigió a su futuro centro de trabajo, de inmediato, para asegurar su plaza laboral...